miércoles, 14 de junio de 2023

El amigo de mi padre

Hector, amigo de mi padre, mi iniciador, me desvirga, me preña y me hace suyo, convirtiéndome en su hembrita.


A mi edad adulta vienen a mi mente, aquellas experiencias que he tenido a lo largo de mi vida, de las cuales guardo bellos recuerdos. Mi infancia transcurrió dentro de una estricta disciplina por parte de mi padre, mi madre era más condescendiente. mi nombre es José.


Aún recuerdo con agrado de cómo sucedió aquella mi primera experiencia, con un hombre amigo de mi padre.


Héctor siempre fue amigo de mi padre, así que lo conocí en casa desde que tengo uso de razón. De carácter jovial, alegre, simpático, siempre amable conmigo, soltero empedernido, tocaba la guitarra, le gustaba cantar, bien entonado, ocurrente, todo un tipo, en ese tiempo tendría unos 35 años, de cuerpo se veía bien, con algo de panza cervecera, y recuerdo que tenía manos grandotas.


Muy seguido estaba de visita en casa, no había semana que no viniera siempre con algún presente para mí, amigos desde la infancia con mi padre, ahora se habían reencontrado y habían reiniciado una buena amistad.


A mi edad por esa época asistía a la secundaria, una tarde al salir de mi escuela un compañero me dijo que un hombre le había preguntado por mí en salida, y si, cuando salí vi que era Hector.


-Tu papá me dijo que te llevara a casa, él tiene mucho trabajo y me pidió que pasara por ti y te llevara a casa.


No desconfié de él, me subí a su auto, y me llevó directamente a mi casa.


Desde ese día se aparecía por mi escuela con mucha frecuencia, a veces me invitaba un helado, o una gaseosa, comenzamos a tenernos mucha confianza, ahora que lo pienso, él se tomaba libertades conmigo, en ese momento sus manoseos no se me hacían extraños, me acariciaba las piernas, me daba palmadas o toques en las nalgas, o se pegaba a mí por detrás, llegó a poner mis manos entre sus piernas y se la acariciaba por sobre el pantalón.


Un día me llevó a su departamento, me mostró fotos de chicos y hombres desnudos, y en esas fotos los hombres maduros tenían sexo con jovencitos. Ese día me acaricio todo mi cuerpo con ropa, me beso en la boca, yo le acaricié la verga por encima de su pantalón, Héctor estaba muy excitado, y yo igual, después de un buen rato de besos y caricias me llevó a mi casa.


Sus visitas por mí a la escuela se sucedieron frecuentemente, después me subía a su casa y o en el primer lugar solitarios estacionaba el auto, nos besábamos en la boca, me acariciaba las nalgas, yo se la sacaba, y con mis manos se la acariciaba, ese día lo hice hasta que se vino. Una tarde pasó a casa por mí, me llevo a tomar un helado, y después de eso me llevó en su auto hasta un lugar solitario y despoblado junto a un rio, nos fuimos al asiento de atrás, me estuvo acariciando, se sacó la verga bien parada.


¿Te gusta chiquito? Está muy caliente, es para vos.


Vení, acercá tu boquita, besala, abrí tu boca y mámala.


No dije nada, era mi primera vez, tenía un gusto extraño, pero me agaché y lo hice, tomó mi cabeza para que no parara de hacerlo y entre masturbadas y metidas en mi boca se vino dentro de ella. Esa mi primera vez sentí asco, y escupí el semen sobre un pañuelo que Hector me pasó.


A partir de ese día las visitas a ese lugar despoblado se sucedieron, me llevaba dos o tres veces a la semana, siempre para besarnos y darle una buena chupada de pija. Con el tiempo me acostumbré al sabor del semen, de su lechita, que ya lo tragaba y saboreaba como extasiado.


Un día según me dijo él que mi papa le pidió que fuera por mí a la salida de una fiesta de mi escuela, en ese tiempo se acostumbraban fiestas con gaseosas y papitas o salados varios, les llamaban "asaltos", me llevó a su depto, me mostró unas fotos nuevas que había conseguido, eran fotos de un hombre maduro con un jovencito de mi edad, donde el chico se la chupaba, y otras donde lo penetraba en varias posiciones.


¿Te gustaría que te lo hiciera? Me preguntó, pero no supe que contestarle, quedándome callado.


Sentado sobre su cama, me desnudó y me llevó a que me bañara. Me enjabonó y lavó todo el cuerpo, después de secarme me llevó a su dormitorio. Nos tendimos sobre la cama los dos desnudos, me besaba acariciándome, me metió sus dedos entre mis nalgas, buscando mi hoyito, acarició mis piernas, me las besó, él estaba excitadísimo, tenía su verga bien parada, muy caliente, con la confianza que nos teníamos lo masturbaba, le chupaba la pija, y le besaba los testículos.


Me abrazó con ternura, nos besamos ardientemente, acarició mi espalda, mis nalgas y mi pequeña pija. Tendido a mi lado, me abrazó por la espalda, puso su verga entre mis nalgas, la frotó con mi anito, y me dijo al oído:


Tengo deseos de metértela, he tenido ganas de cogerte desde hace mucho tiempo.


Yo no dije nada, una sensación de vergüenza y deseo me invadía, solo me abracé a él.


Dale porfa chiquito, me insistió, ¿te dejas coger?


Me da miedo, le conteste.


No te preocupes, tendré cuidado, ya verás cómo te va a gustar mucho, vas a sentirlo muy rico.


No le contesté, solo recuerdo que me abracé a él, con miedo, como pidiendo que no siguiera. Héctor se acostó boca arriba, y me dijo:


Josecito, dale chupa tu chupetín que tanto te gusta…


De rodillas entre sus piernas, acaricié su verga, le llevé el prepucio hacia abajo, le besé la cabeza, la lamí a la vez que le acariciaba los testículos.


Me urgió a que lo chupara y lo hice, me la metí en la boca, y comencé a chupársela como lo había hecho muchas veces en el auto, la tenía tan dura, parada. Me tomó de la cabeza y me obligó a tragarla toda, me ahogaba, me salían lágrimas, pero continué con su verga en mi boca.


Me abracé a él, de su mesita de luz sacó un frasquito, se mojó los dedos y comenzó a acariciar mis nalgas, pasaba sus dedos entre ellas acariciando mi anito, presionando para meter un dedo, y hasta lo hizo. Metiéndolo y sacándolo, fue lubricando a la vez que iba dilatando mi entrada.


Acostado tras de mí, puso su pija entre mis nalgas, en la entrada de mi anito, intentando introducirlo en mi virgen culito.


Relajate chiquito. No tengas miedo, aflojá y dejá que la introduzca.


Quizá por miedo o inseguridad no conseguía relajarme. Insistió una vez más con sus dedos, me abrazó por la espalda, siguió con sus manos jugando entre mis nalgas, acariciando mi anito, tratando de introducir, no dos sino tres dedos, me sentía algo incomodo, pero me agradaba, por fin cambió sus 3 dedos por su verga, la puso en la entrada de mí ya dilatado anito. Aún sentía temor, pero sus palabras de macho consiguieron que me tranquilizara.


Relajate nenito, voy a ser cuidadoso, solo te dolerá un poquito al principio, pero luego te gustará y disfrutarás de lo lindo.

Sus palabras me convencieron, traté de no tener miedo, me sentí más confiado, me relajé, noté una vez más su verga en la entrada de mi ano, traté de relajarme, deseaba sentirlo dentro de mí.


Así chiquito, –Me dijo, mientras colocaba la punta de su pija en la entrada. Empujó fuerte su verga y esta fue abriendo mi virgen culito a la vez que se iba introduciendo bien adentro.


¡Aaah! ¡aaaaah! Sentí un fuerte dolor, pero él no paró, continuó su penetración hasta que la sentí toda dentro de mí. No podía creer que la había metido toda.

Así permaneció sin moverse un momento, mientras me hablaba tratando de tranquilizarme y mi recién desflorado culito se fuera acostumbrando a aquel intruso que acababa de profanar hasta ese día mi virgen e inocente culito.

Afianzándose con sus manos de mis caderas, comenzó a moverse despacio, iba poco a poco, lo hacía con delicadeza. Ya mi culo se había acostumbrado a la verga que lo había profanado, el dolor había cedido. Ahora me sentía seducido por ese hombre bien macho con quien había pasado gratos momentos, y en esos momentos me estaba haciendo suyo por primera vez.

Sus manos eran suaves y calientes, él muy seguro de lo que hacía, iba sacando y metiendo su polla por mi culo, mientras me sujetaba con sus manos por mis caderas tirando de ellas hacia él.

Me dejé llevar por Héctor, sintiendo como se introducía una y otra vez en mí. Con la yema de sus dedos empezó a acariciarme mis pequeños y duritos pezones, en esos momentos me sentía muy caliente y excitado. Cerré los ojos y respiré profundamente notando como me estaba haciendo suyo. Héctor ya no hablaba, solo gruñía y jadeaba disfrutando de la culeada que me estaba dando. 

Aaah así chiquito mío, ves que ya no duele, disfrutá de tu macho.

Después de un rato donde me estuvo dando por el culo así, me giró poniéndome boca arriba sobre la cama, él entre mis piernas, penetrándome en esa posición, me tenía como un pollito asado. Y mis piernas abrazándolo. Héctor frente a mí, y yo sintiendo su verga muy dentro de mi recto, moviéndose, penetrándome hasta el fondo, una y otra vez, sacando su pija, apuntándola, y volviendo a introducirla, moviéndose frenéticamente, sin dejar de jadear mientras me cogía haciéndome suyo.

Estás riquísimo, sos un chico muy lindo, te estoy iniciando al mundo del sexo, me gustas y te deseo muchísimo, me decía mientras tenía su verga clavada en lo más profundo de mis entrañas, a la vez que acariciaba con sus manos mi abdomen y pecho, disfrutando de mis pequeñas tetillas a las que apretaba y pellizcaba mis hinchados pezones, mientras me miraba a la cara viendo como abría la boca disfrutando de la cogida que me estaba dando.

No contesté nada, solo me salió un gemido natural, era algo nuevo para mí, solo sabía que aquello me estaba gustando, aquello me hacía estar caliente y excitado como nunca lo había estado. Mi pequeña pija estaba erecta, él la agarró entre sus manos, acariciándome mientras me cogía, introduciéndome toda su pija en mi culo, una y otra vez, notando como sus huevos golpeaban una y otra vez hasta ese día mi virgen anito.


Cambió otra vez de posición, seguía tendido boca arriba, con sus pies sobre el piso, puso una almohada sobre mi intura para subir mi culo, me abrió de piernas y puso mis pies sobre sus hombros, a la vez que con una mano colocaba su verga en la entrada de mi anito y me penetró de una sola vez, se había introducido hasta lo más profundo de mi ser. Tomando mis caderas, comenzó a moverse dentro de mí. Una y otra vez me hundió su verga, una y otra vez me penetró fuertemente y rápido. Como un animal me cogía. Yo lo soporté, a la vez que estaba disfrutando de la primera cogida de mi vida.


Gemía y gritaba aferrándome a él, mientras él me daba por el culo, escuchando como su pelvis golpeaba mi pequeño culito, pudiéndose oír el sonido que producía mientras estaba siendo culeado, plof, plof plof plof, plof, plof plof plof.


Noté como él afianzándose fuertemente de mis caderas, apuraba sus embestidas haciéndolas más rápidas y profundas, empecé a sentir su pija palpitar dentro de mi culito, a la vez que gruñía fuertemente, como todo un oso, se tensó, y sentí como se corría dentro mío, dejándome su lechita en lo más profundo de mi ser. Me había preñado con su semen.


¡Oooh! ¡oooooh que rico! Que rico mi bebito! Papi te esta dando su lechita! 

Me estaba gustando aquella sensación que estaba sintiendo; que rico papi, méteme la verga, cógeme, soy para vos papi, le gritaba notando como me estaba preñando.


Si mi niño sí, ya eres mío, te lo aseguré chiquito, te dije que te iba a gustar. Estás disfrutando tu primera cogida y esta no será la última, esta es la primera, ahora ya eres mi hembrita, y te voy a preñar siempre que quieras.


Fue increíble, siguió tumbado sobre mí, con su pija dentro de mi culito, mientras me besaba y mordía mis labios susurrándome lo mucho que le gustaba y lo mucho que me quería, y que yo era su mujercita desde ahora en adelante.


Yo no podía más, también yo estaba muy caliente y excitado. Héctor siguió penetrándome, vibrando en mi interior mientras su semen terminaba de salir de su polla, dejándome preñado y bien lleno de su leche de macho.

Desde ese día cada vez que podía me iba a buscar para repetirlo... 




Me rompió el culito el camionero

Esta historia fue cuando tenía 14 o 15 años, en un paseo de campamento.

Un día mis amigos de la escuela y del barrio deciden ir de campamento a la playa del sur, toda una semana, pero se acordó que nos vendríamos el sábado, pero ellos querían quedarse hasta el lunes, éramos como 7 personas. Yo tenía el sábado una reunión importante del cole.


Así que el viernes en la tarde como las 19.00 salí a la ruta para regresarme, todo estaba bien estaba esperando el colectivo, pasaron como más de 50 minutos, y no pasaba ninguno, ya era de noche, hacia frio, estaba solo con el short, una chomba y un buzo, cuando se para un camión tráiler, me dijo "adónde vas?" dije "a Capital", era como casi 4 horas, me dijo "subí, te llevo si querés", lo pensé me ahorría dinero y lo bueno que no esperaría más, al subir me dice que se llamaba Marcos, yo le dije "Yo Manuel", al sentarme él empezó a manejar pude ver sin querer que estaba con un short de tela delgada y se apreciaba que su pija la tenía a un lado, y se notaba gruesa aún estando flácida, me pregunto qué hacía, y le conté que venía de un campamento, con amigos, que habíamos jugado en un campeonato de futbol, y estábamos festejando, pero que tenía que regresar.

Me pregunto: qué edad tenés?

y le dije: 14 años 

-Ah que bueno! me dijo y me pregunto si tenía frio, y le dije que sí, me preguntó si había traído algo que ponerme, le dije que si mi buzo, dijo "entonces ponételo", pero tenía que sacarme mi short de baño, y no tenía debajo nada, mi buzo era eso licrados, si me lo ponía encima me fastidiaría, él me dijo que no tenga vergüenza, que estamos entre hombres, así que me saqué el short y yo ví que me miraba de reojo porque estaba manejando, de repente salió de su voz un suspiro, y tenía una mirada morbosa, una sonrisa morbosa, me puse mi boxer y el buzo, cuando me preguntó si tenía novia, le dije que no, también me preguntó si ya había tenido relaciones sexuales, le dije que no, me dijo "así que sos virgen!?" riéndose, en realidad yo no había tendido sexo con un hombre en varios meses, así que tenía el culo medio cerradito, y este hombre me estaba calentando, de ver como esa pija en ese short crecía, se ponía dura, él se dio cuenta, que estaba mirando, me dijo que tenía que parar para descansar aunque sea una hora, que venía manejando más de 12 horas sin parar, también me dijo que hacía más de una semana que no tenía relaciones sexuales, que tenía los huevos llenos de leche, que le disculpara por su pija que estaba hinchada, mi ano sentía que me latía y lo sentía mojado.

Marcos paró un sitio oscuro donde había otros camiones también estacionados pero a la distancia, me dijo que dormiría en su litera, si deseaba también podía dormir ahí mismo, pero quería decir que aceptaba tener sexo con él, fue y cerró la litera, yo estaba en el asiento pensando que hacer, deseaba entrar porque cuando paso pude ver que su pija tenía una proporción enorme más que cualquier otro que haya probado, se me hacía agua en  mi boca y mi culito, sentí  todo callado atrás, ya habían pasado más de 50 minutos, me sentía incomodó ahí en el asiento a pesar que era bien cómodo, mi mente me traicionaban decía que entrara, él era medio panzón, algo bajo, peludo, con barba media crecida, corpulento, robusto, un camionero, cuando pudo más mi deseo de tener y sentir esa verga, entré, él estaba echado de espalda, yo me eche de espalda a él, pensando que algo pasaría pero  no, me quede dormido, cuando me despierta su mano que la tenía en mi cintura y el pegado a mi espalda sentí su verga detrás mío, entre mis nalgas, me susurró en mi oído, me dijo "sabía que te gustaba mi verga, me di cuenta como lo mirabas, pero es muy gruesa te hará gritar, pero te gustará sentirla dentro" entonces empezó a sacarme el buzo y mi bóxer, también me sacó la chomba, quedando desnudo yo de espalda, mientras él me tocaba por todo el cuerpo, sobre todo mis piernas y mi culo, y me decía que rico culo, lo tenés durito, bien paradito, linda espalda tenés, tu piel es suave, también sentí que él se empezó a sacar el short y su remera, cuando se arrodilló poniéndose hacia abajo metió su cara y lengua en mi culito con sus manos rudas abriéndolo, que rico me lamia mi culito que estaba ya algo lubricado por mi calentura, él me decía que rico culito está que pide verga, como late, pero tengo que chupártelo para se dilate más, ese es el truco, que tenés que relajarte al punto que tu culito esté dilatado de placer, y después te echare esta crema de leche y coco, para que resbale por dentro, así disfrutá de esta chupada de culito perra, que vas a sufrir con mi verga, de placer, así fue que empezó a echar esa crema, se sentía fría, pero olía rico , su aroma era agradable, me volteó y colocó entre mi estómago y cintura una almohada redonda, levantaba mi culito un poco más, lo sentí ponerse detrás mío con su verga,  sentía su pecho peludo en mi espalda, coloco su pija entre mis nalgas y lo sobaba,  sintiendo como rosaba mi esfinge, que me latía, solté varios suspiros de placer, al roce de ese tronco duro, él me decía espero que soportes mi verga, te gustará como te rompo el culito, entonces la colocó en la entrada de mí ano, su cabeza haciendo presión, cuando presionó y entró su cabeza que dolor sentí, después de varios meses una verga, estaba disfrutando mucho ese macho, y empezó a entrar, en cuanto se desplazaba por dentro que dolor sentía, pero quería que siga, sentía que me partía el culito, yo resistía ese dolor por que sabía, que después sería rico, el dolor era intenso, mientras iba entrando, me partía en dos esa chota gruesa, en una de esa volteé mi cara hacia el otro lado y vi que tenía un espejo, en la pared de la litera, pude ver como estaba el camionero desnudo detrás, esa verga que entraba, lo gruesa que era, él bajaba despacio y se iba desapareciendo entre mis nalgas, que dolor era, cuando sentí que su pecho chocaba con mi espalda y su pelvis con mis nalgas, sus huevos y pelos púbicos chocaban con mis nalgas, se quedó quieto un rato y todo su peso en mi espalda, como me dolía ese pene, gracias a la crema había entrado, porque lo tenía súper apretado a mi culo, dentro y no sé hasta dónde estaba dentro, pero dolía mucho, sentía que me partía en dos, que dolor, me susurró, al oído que rico culo tienes puta, te has tragado todo, eso quiere decir que te has comido otras vergas, para que soportés la mía, pero aún así tu culito esta bien rico, como un guante, espera que se acostumbre para no hacerte daño, tu culito se adapta en unos minutos, mientras me besaba el cuello con lengúetazos incluidos, y su mano manoseaba mis piernas, ya estaba pasando el dolor cuando él me dijo, siento que el dolor pasó y estás más relajado, entonces te voy a dar duro, empezando a sacarlo y meterlo sentía que salía llevándose mi culito hacia afuera y después lo metía llevándose mi culito con todo hacia dentro, empezó despacio y fue aumentando la rapidez del meter y saca, que dolor sentía pero el placer era más, que rica pija, que gruesa era, que dura era, como se sentían sus venas hinchadas, a hacerlo más rápido el placer aumentaba, yo soltaba sonidos de placer estaba gozando esa verga del macho, él me decía que rico perra, tenés un culito rico, sos una putita, sigue disfrutándolo, cuando mi mente se nublaba, sentía que iba a acabar, y al él también se le hinchaba más, y soltaba soplidos de triunfador cuando explotó en mi culo y muy dentro su leche caliente espesa, dentro mío llenándome todo mi interior, se quedó quieto y yo sintiendo como descargaba y descargaba su leche dentro, al sacarlo sonó como vacío, como un corcho, sentí mi culo abierto, se echó a mi lado y vi su pija todavía dura, llena de leche, y de mi ano me salía abundante leche que se desparramaba por mis piernas y nalgas, no aguanté y me apoderé de su pija chupándola, estaba muy excitado, empecé a mamársela, es una pija enorme, le saqué toda la leche que salía todavía, dejándolo limpio, hasta que empezó esa pija a ponerse flácida, cuando nos quedamos dormidos desnudos, no se cuánto pasó, al despertarme, él estaba manejado, me dijo "putita estamos por llegar, vestite!" ya eran como las 6 de la mañana, paró y me dijo que lo había pasado rico, que tenía un rico culito, que pasaría por acá el próximo viernes, si quería repetir, me recogía en ese paradero, que con él tenía un lugar donde podía pasarla rico, bajé del camión, y vi cómo se iba, me dolía mi culito, sentía partido en dos, pero también me sentía muy satisfecho.

Al siguiente viernes ahí estaba esperándolo para sentir otra vez su verga...