jueves, 8 de diciembre de 2022

Desvirgado (de un amigo)

Comienzo diciendo que esta experiencia sucedió ya hace muchos años cuando contaba con 11 años de edad, en un paseo de la escuela, en una playa cercana a la ciudad donde vivía; desde chico fui algo gordito pero no tan obeso y me caracterizaba por tener un buen culo en esa época, me consideraba bien varonil pero mis compañeros siempre me cargaban por el hecho de que nunca hablaba de chicas o porque no tenía novia, pero no le daba importancia.

Pero lo que sucedió en esa playa me superó emocionalmente, la agresión verbal que recibí me superó, y me molestaban por la gordura y por mi gran culo (seguro envidia) que tenía en comparación con los de ellos, no podía defenderme antes sus burlas y estaba a punto de ponerme a llorar cuando un grito fuerte a mis compañeros los hace callarse y corren del susto, yo también me asusté pero supe que era en mi defensa así que me quedé mirando a esa persona; era un hombre bastante mayor (58 años por lo menos de 1,92 metros de estatura y unos 110 kg al menos, usaba una camisa floreada tipo tropical abierta que dejaba ver sus marañas pelos entrecanos en el pecho y un short de color claro hasta las rodillas).

Se acerca preguntándome como estaba y el por qué se estaban burlando de mí, sólo le dijo que era por que me veían gordo, me tranquilizó y para hacerme sentir bien me dijo que si era por gordura él era mucho más gordo, rió y me invitó a que fuera a un local de la playa por un helado; acepté enseguida y fuimos caminando, y él me dijo su nombre y de donde era, y que estaba en la playa aprovechando unos días de descanso de su trabajo; él era de la misma ciudad, pero de otro barrio, era divorciado y tenia 3 hijos pero todos ya casados y tenía 2 nietos uno de ellos de 10 años, y me dijo que vivía solo pero poco paraba en casa ya que era camionero y tenía que viajar a ciudades lejanas a veces por meses. Luego al llegar al local empezó a interrogarme: qué edad tenía, con quién estaba en la playa y con quién vivía en la ciudad, le fui respondiendo todo, mirándolo de a ratos, ya que me costaba mantener mi mirada en sus ojos que sentía penetrantes: le conté que tenía 11 años, que cursaba quinto grado y estaba en la playa en un paseo con mis compañeros, algunos padres y 2 profesores; que vivía con mi abuela y 2 hermanas pequeñas, que mi padre fue un alcohólico y siempre estaba borracho y en una de esas borracheras lo atropellaron y murió y que mi madre nos abandonó ya hace 4 años atrás y su abuela se hizo cargo de ellos.

La charla se hizo muy amena todavía más con tremendo helado que me invitó, sin darme cuenta habíamos estado más de 2 horas charlando y fue él quien indicó que tal vez mis profesores estarían preocupados buscándome; le agradecí el helado y antes de irme quise ir al baño a mear y eso hice, sin darme cuenta que él fue detrás de mi también, al entrar vi dos mingitorios uno al lado del otro, fui al que estaba en el fondo y me puse a mear, cuando vi que él entraba me puse nervioso pero no podía hacer nada, así que seguí meando y él se puso a mi lado y se desabrochó el pantalón, bajó el cierre y sacó su pija y no pude evitar la curiosidad de mirársela, cosa que él notó de inmediato y se puso a reír, claro está que me dio vergüenza pero el hombretón me tranquilizó nuevamente diciendo que era normal sentir esa curiosidad y entonces se puso frente a mi mostrándome su enorme miembro que veía crecer de a poco y endurecerse.

Trataba de poner la vista para otro lado pero mis ojos se volvían hacía él y su verga, por tanto el hombre me invita a agarrársela pero sin decir nada toma mi mano y hace que se la toque, realmente la sentía enorme, y le incitó a que lo masturbara cosa que hice con torpeza ya que era la primera vez que le agarraba la verga a alguien, y cada vez se hacía mas grande y dura, y noté que largaba un líquido cuando se la tocaba que era pegajoso, después saca mis manos de su pija y me dice que espere, me lleva hacía la puerta le pone el gancho y me indica ahora que me la ponga dentro de la boca, quise evitarlo pero me sujetaba con fuerza la cabeza mientras me baja llevándome hacia su pija y empiezo a jugar con ella en mi boca, el sabor era muy salado al principio por la orina que había salido antes pero de a poco me fue endulzando su preseminal, que era riquísimo por cierto, y me fue agradando cada vez más.

De a poco me la fue metiendo más produciéndome grandes arcadas que varias veces me daba ganas de querer vomitar y salían lágrimas de mis ojos, pero la excitación del hombre fue mayor en ese momento para darse cuenta que me estaba complicando haciéndole sexo oral, hasta que empezó a hacerlo más rápido hasta que sentí que le salía un líquido espeso y salado que quise escupir de inmediato pero el tipo me sujetó tan fuertemente la cabeza que no pude hacerlo y más todavía que me dijo tajantemente que me la tragara cosa que no pude evitar ya que entró directamente en mi garganta gran parte, después de eso saca la verga de mi boca y la exprime y vi que salía un poco más de ese liquido blancuzco y espeso y me indica que le pase la lengua y me lo trague también, esta vez el sabor no me pareció tan desagradable, a eso ya su pija se estaba poniendo más flácido y disminuyendo tanto su grosor como su porte, se la guarda y me dice que me lave, y entonces salimos del baño. 

Me pregunta: te gustó bebe la lechita? 

y en el shock de lo sucedido asiento que si con la cabeza.

Nadie se percató de lo sucedido y nos fuimos caminando hacía donde estaban mis compañeros, pero antes me indica que al día siguiente fuera a su casa indicándome donde encontrarnos, a cierta hora, cosa que dijo que si, me dio dinero para el bus y un poco más para que pasara bien la tarde en la playa. Al llegar nadie se había dado cuenta que no había estado y después de unas horas volvimos a la ciudad y al llegar, en la noche antes de dormir, seguía recordando esa agradable experiencia y queriendo que al día siguiente se volviera a repetir.

De acuerdo a lo que me había dicho llegué a esa plaza poco antes de la hora acordada esperando con ansias que apareciera y pasó bastante rato y no aparecía, ya pensaba que se había olvidado pero por fin lo vi llegar y creo que él notó la alegría en mis ojos porque me levantó y me abrazó con fuerza al saludarlo con un beso, y entonces nos dirigimos a su casa, unas 3 calles de distancia, en el trayecto me agarra de la mano como si fuera su nieto y eso me hizo sentir muy seguro, al llegar me ofrece una chocolatada con una porción de torta y se sienta al lado mío mientras me empieza a acariciar la cabeza y me abrazaba constantemente, y yo sentía su olorcito a hombre que me gustaba, hasta que me hizo parar frente de él y empieza a besarme; en la boca, metiendo lengua, cosa que nunca había hecho, y torpemente me dejé llevar, luego me desnuda completamente y me acaricia y besa por todos lados de mi cuerpo; mi espalda, mi culo escupiendo saliva mientras los hace en mi hoyito, mis piernas, etc. luego se saca la camisa y me anima a que lo acaricie, era como acariciar a un oso, tenía pelos por todo el cuerpo, cosa que me electrizaba, hasta que le agarré su verga y se la empecé a chupar por un buen rato, esta vez no hubo apuro como fue el día anterior por temor a ser descubiertos, luego me sorprendió que tomara mi verga chiquita ante la de él y le empieza a hacer sexo oral también por corto tiempo, fue algo que me gustó. Aunque más me gustaba chupársela al hombre. Yo creí que largaría el mismo líquido espeso que aquel había largado el día anterior pero no sucedió.

Pero igual me agradó mucho, todavía yo no estaba desarrollado sexualmente y mi pija era bastante chica (8 cm erecta) en cambio, la del hombre al menos tendría unos 20 cm, cabezona y muy gruesa. Después nuevamente me pide que se la chupe hasta que se le pone dura como piedra y en mi inocencia esperaba que largara esa leche especial que con el tiempo disfrutaba enormemente tragármela pero no lo hizo; me llevó a su cama y me coloca como de perrito y se puso a besarme el culo pasándole la lengua, y su barba que me hacía cosquillas ricas, hasta que me abrió las nalgas y se puso a pasar su lengua por mi anito virgen cosa que me agradó muchísimo, era como un pequeño shock eléctrico… Luego me empezó a introducir un dedo con su saliva con mucha calma en forma circular que por momentos me dolía bastante pero el gusto era mayor, luego fueron dos dedos, combinando con su lengua y su saliva, esa vez el dolor era mayor que el placer pero no quise demostrárselo y solo cerraba mis ojos, él sacó de su velador una crema y eso lo relajó más y sin darme cuenta ya había introducido 3 de sus dedos.

Luego me pidió que nuevamente le hiciera sexo oral, su verga estaba muy flácido pero casi por arte de magia mi boca la volvió a poner como roca de nuevo en menos de un minuto, me dio vuelta y empezó a colocar su pija en mi hoyito jugando de la misma forma que lo había hecho con sus dedos, cosa que me gustó hasta que empezó a penetrarme, de inmediato el gusto se transformó en dolor traté de no demostrarlo pero era imposible no hacerlo los quejidos y hasta un par de gritos lo hizo detenerse por un momento pero sin sacarlo me cambió de posición, y así de lado empezó de nuevo, el dolor era menos pero de todas maneras me incomodaba, el hombre trataba de no ser brusco pero llegó un momento que su calentura animal no le permitió frenarse y empezó cada vez a penetrarme más fuerte aunque sin duda no fue completo pero el que lo hiciera acelerándose cada vez más hizo que gritara, y tapándome la boca con su mano, siguió y me penetró con más fuerza. Sintiendo como su verga gruesa rompía mi culito.

Me empezó a gustar en un momento y me olvidé de ese dolor hasta que su jadeo se hacía más intenso y desesperante, y entonces sentí como ese macho explotó dentro mío derramando su semen caliente casi hirviendo desde mi punto de vista dentro de mi ano ahora desvirgado, así fue que me abrazó y cada vez sentía más de sus espasmos dentro mío, luego sacó su pija ya media flácida y chorreando líquido seminal mezclado con un poco de excremento y sangre cosas inevitable que me asustó, pero enseguida me tranquilizó y se limpió de inmediato y me puso una pomada en el hoyito que quedó rojo y abierto. Después me indico que sólo me había introducido la mitad de su verga que para otro momento mi anito se acostumbraría y se dilataría mejor y ya lo podría disfrutar todo bien adentro.

Y tenía razón ya que nos seguimos viendo por mucho tiempo (4 años más o menos) y les puedo contar que el último año ya lo disfrutaba tanto como él. 

Ese osote me hizo su putito y nunca lo voy a olvidar..