martes, 18 de julio de 2023

El olor a pata de Guillermo

Siempre me habían llamado la atención los pies de los chicos que me gustaban.

Estaba muy nervioso con la idea de que fuera a venir a mi casa Guillermo.

Al salir de clase me fui corriendo a mi casa.

Al llegar mis padres me dijeron que tenían que irse pero que volverían para cenar.

Íbamos a estar él y yo solos en mi casa toda la tarde.


Guille llegó puntual, llevaba las mismas zapatillas que esa mañana y no sé porque eso me excitó un poco, debo confesar.

Fuimos a mi habitación y nos pusimos a hacer el trabajo práctico que nos pidió el profesor de Biología.

Cuando llevábamos una hora decidimos tomarnos un descanso.


-Me gustan tus zapatillas -le dije intentando romper el hielo.

-Están un poco gastadas -dijo moviéndolas.


Me quedé embobado mirando sus zapatillas y él se dio cuenta fue un momento un poco incómodo pero se pasó rápido y seguimos con el trabajo. Las tenía un poco sucias del uso cotidiano, y algo viejitas.

Una parte del trabajo consistía en hacer un dibujo de una célula en una cartulina grande y le dije a Guille que iba a empezar con eso mientras el terminaba la otra parte.

Como no había espacio suficiente me puse en el suelo.

Tenía los pies de Guillermo cerca y disimuladamente me iba acercando hasta que estuve lo suficientemente cerca como para que llegara el olor que salía de sus zapatillas.

Era un olor leve pero se notaba que dentro de las zapatillas el olor era mucho más intenso. Y me atraía ese olor a patas que él tenía, creo que hasta se me mojó la pija.


-¿Por qué me mirás tanto las zapatillas? -me preguntó.

-Por nada especial, simplemente me gustan.

-¿Te gustan las zapatillas o el interior?

Me quedé callado mirando al suelo.


-Una vez en un chat un hombre me dijo que si le podía enviar mis calcetines usados -dijo él-.

¿Te gustan esas cosas?

-Un poco. Le respondí tímidamente.

-Tengo curiosidad por saber como es estar con una persona así, me gustaría probarlo algún día.


Yo seguía callado pero cada vez estaba más excitado.

-A mi también me gustaría probarlo -dije al fin-.

Mis padres no vuelven hasta esta noche y casi hemos terminado el trabajo.

-Adelante entones -me dijo acercándome las zapatillas.


Me abalancé sobre sus zapatillas y empecé a oler en el hueco entre la zapatilla y el tobillo.

El olor era maravilloso. Empecé a desatar los cordones y le saqué las zapatillas.

El olor inundó toda la habitación, era bastante intenso su olorcito a patas.

Le masajeaba los pies con los calcetines puestos, estaban empapados en sudor.

De repente Guille tomó la iniciativa y me puso los pies en la cara, solo me llegaba el olor de sus pies.

Mi pija estaba a punto de reventar en el pantalón.


-Vamos a la cama, creo que estaremos más cómodos -dijo mientras me quitaba los pies de la cara.

Al ponernos de pie vi que él también se había excitado.

-Veo que realmente te gusta esto -dijo Guillermo.

-Casi podría acabar solo oliéndote los pies.

-Vamos a hacer mucho más que eso. Me dijo con voz decidida.


Me tumbé en la cama y Guille se quitó los calcetines y me puso los pies descalzos y sudados sobre mi cara.

Apestaban muchísimo y podía notar la humedad en mi cara. Me encantaban. 

-A mí también me gustaría oler tus pies. Me dijo

Entonces me quitó las zapatillas y puso mis pies sobre su cara.

Notaba la respiración en mis pies, era una sensación excitante.

Me quitó las medias y empezó a lamer los dedos de mis pies.

Me estaba gustando tanto que no podía evitar gemir. Empecé a hacer lo mismo y sentir el gustito de sus pies era la gloria.

-Soy bisexual, en clase no lo sabe nadie -dijo Guille-.

He quedado con varios hombres que he conocido por internet, pero es la primera vez que me pongo así.


Guillermo sobaba mi pija con uno de sus pies por encima del pantalón pero quería más. Me quité la ropa y él hizo lo mismo.

Su cuerpo era una delicia con una pancita, bien morrudo, grandote y muy velludo.

Nos tumbamos de nuevo en la cama y me puse a chupar sus pies con pasión, tenían un sabor salado muy concentrado y riquísimo.

Fui subiendo por la pierna hasta llegar a su pija, la tenía llena de líquido preseminal. Era gruesa, cabezona, con un olorcito que me volvía loco de placer.

Me lancé a chupársela, saborear ese líquido riquísimo mientras escuchaba sus gemidos y notaba sus pies sobre mi espalda arqueándose del placer.

-Quiero que me la metas -le dije-.

Quiero que dejes tu lechita dentro de mí.


Busqué una crema que tenía en el cajón de la mesa y me puse un poco en el culo, me tumbé hacia arriba y puse las piernas sobre los hombros de Guillermo.

-¿Es tu primera vez? -preguntó.

-Sí.

-Al principio puede que duela un poco.

Él introducía su verga gruesa poco a poco.

Sentía un escozor flojo pero cuando dio el último empujón me dolió bastante y grité.

Cuando pasaron unos minutos Guille lo intentó de nuevo y esta vez no sentí casi dolor.

Con cada movimiento un escalofrío recorría todo mi cuerpo, sentía un placer enorme pero faltaba algo.

Busqué con las manos hasta encontrar sus medias sudadas y me las puse en la nariz.

¡Qué olor! ¡Qué sensación! Era el paraíso.

De repente Guille agarró mis pies, se los puso en la cara y empezó a lamerlos.

La sensación que me producía que él me chupara la planta y los dedos de los pies junto con el fuerte olor de sus calcetines era demasiado, casi acabo ahí mismo.

Guillermo aumentó el ritmo y noté su pija palpitando en mi interior soltando todo su semen en mi culo, no pude más, y acabé llenando todo mi pecho y abdomen con mi semen.

Nos quedamos quietos unos segundos mientras recobrábamos el aliento, tenía sus medias en la cara y con cada respiración inhalaba su olor.


-Será mejor que terminemos el trabajo antes de que lleguen mis padres -dije.

-Claro.


Mis padres volvieron al poco de terminar el trabajo.

Acompañé a Guillermo hasta la puerta y al despedirnos me dio algo.

-Quédate con mis medias, seguro que las vas a usar más que yo -dijo con una sonrisa pícara.


Aquella noche me hice varias pajas con aquellas medias apestosas de Guille.




1 comentario:

  1. que lindo chuparle los pies al hombre que te gusta! y saborear su verga! y después que te llene el ojete con su leche! Es el paraíso como bien decís!
    Si alguno por Buenos Aires quiere recibir de mi lengua en sus pies apestosos, algún macho con olor a bolas que lea esto.. Escribime a chaser4topbear@outlook.com

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